Dentro de las principales responsabilidades y obligaciones de los directorios y alta gerencia en las organizaciones, está la implementación del plan de cumplimiento para la protección de los derechos de los consumidores, además generar una instancia para incentivar la adopción e implementación de buenas prácticas.
Su liderazgo, compromiso, participación activa en promover y generar una cultura de cumplimiento dentro de la organización, es de vital importancia para la efectividad y éxito del ésta. Deben asegurarse que el plan de cumplimiento, incluido las políticas y objetivos sean establecidos implementados y monitoreados de manera de considerar los riesgos de incumplimiento de la organización, incorporando medidas preventivas, correctivas y de detección de posibles incumplimiento e infracciones a la Ley.
Esto permite anticiparse y prevenir en una economía globalizada multas y sanciones por parte de los reguladores, que en algunos casos han llevado a compañías a su cierre, a lo que se suma el riesgo reputacional que afecta directamente a la pérdida de confianza del mercado, percepción negativa de la compañía, baja en la credibilidad, pérdida de clientes actuales y potenciales, lo que afecta directamente el valor de la compañía y su continuidad en el tiempo.
Deben asegurarse que el plan de cumplimiento este incorporado en todos los procesos de la organización y la correcta alineación de incentivos y medidas disciplinarias en la aplicación del plan de cumplimiento a todos los colaboradores.
Dentro de las principales tareas es la designación de un oficial de cumplimiento, que debe poseer competencia, formación profesional, laboral, conocimiento aplicado de las regulaciones, (solo el conocimiento teórico no basta), debe entender y conocer el funcionamiento de la organización, su entorno y los riesgos de incumplimiento, (identificación, análisis y valorización), con una clara descripción de su cargo y responsabilidades.
El oficial de cumplimiento debe tener recursos asignados necesarios y contar con las competencias y la autoridad e independencia adecuada, para desarrollar sus funciones y no debe depender de áreas que van a hacer objeto de análisis y de control para cumplimiento del plan.
Encuestas realizadas a empresas con recursos, informan que, en alguna de estas, el oficial de cumplimiento realiza más de una función, lo que no corresponde ya que se perdería la independencia de sus funciones y responsabilidades. Esto es una señal que no se estaría entendiendo la importancia que requiere el cargo para la ejecución del plan de cumplimiento. Quien ejerce la labor de oficial de cumplimiento no debe contaminarse con la gestión del día a día. Los costos monetarios y reputacionales asociados de considerar que el plan de cumplimiento es un check legal más, es no entender los riesgos y las consecuencias para la organización y sus clientes.